Por ARACELI GUTIÉRREZ OLIVARES
Escritora
Palabra que dormía
La poesía de Nahele_S nos invita a la reivindicación de la libertad, estalla y a la vez se compacta a un ritmo armónico para develarnos que el amor es eso que llega y, como decía Julio Cortázar, no se puede elegir al amor como «vos no elegís la lluvia que te va a calar hasta los huesos cuando salís de un concierto». La poesía de Nahele_S. da cuenta de ello. Conozcamos a la autora de «Desobediencia».
Nahele_S. dinos, ¿cómo empezaste a escribir poesía?
La escritura ha ido siempre de la mano con mi propio desarrollo como persona, la recuerdo a mi lado cada día recogiendo un mundo interior invisible a todos. Mi relación con la poesía comenzó en torno a 2011, como forma espontánea y fiel a mi necesidad de expresión en ese momento, parcialmente recogida en un blog llamado Compartimente, que nació junto a una buena amiga como reto creativo.
Ese mundo sutil que para el poeta está tan presente... ¿Qué autores son los que más han influido en tu obra?
Si bien he sido ávida lectora desde niña, la poesía es un género que entró en mi estantería años después de comenzar a expresarme a través de ella. Sin aspirar a considerar influencia tal maestría, me ha inspirado enormemente Ana María Matute, en particular su obra Olvidado rey Gudú, por su habilidad para mezclar alma, realidad y fantasía, elementos unidos naturalmente para mí. Las poetas con cuya obra siento una increíble conexión son, sin duda, Elvira Sastre y Victoria Ash.
Recomendaciones que no pueden dejar pasar nuestros lectores... ¿Nos podrías hablar de tu proceso creativo? ¿Cómo nacen los poemas?
La espontaneidad es la base de mi proceso creativo. Me atrevería a conceder entidad propia a los textos que escribo pues, más que pertenecerme, me siento en muchos casos mero instrumento transmisor de emociones que existen en mi interior dotadas de fuerza y forma, tan solo dejo que se expresen de la manera más fiel posible a su naturaleza. La soledad, el silencio (o determinada música) y la intensidad son mis mejores elementos para dejar salir mis poemas.
Sin duda alguna se nota en tu poesía, en general, esos elementos que la han moldeado y, en particular, la intensidad, que desde mi punto de vista, es la que va guiando y abriendo el camino; muchas gracias Nahele. ahora invitamos a nuestros lectores a disfrutar de tu poesía.
Desobediencia
Cóctel de hielo, calor y anarquía, patrones descosidos,
verjas embestidas, tiempo congelado, caos a medida, fuego
lubricando cerraduras vacías.
Contención sometida en un leve aliento, barreras caídas, diez mil alarmas
atronándome encima;
sobre el sudor de la piel las sirenas brillan, templando al rojo
la avidez de tus pupilas. La intuición encaramada sobre la
ciencia, rasgando el encaje de la expectativa, rozando la
prisa con la paciencia, mordisqueando abismos y cimas.
Mi nudo gordiano se deshace en tus manos, desatas la lluvia en
tu suerte de ausencia;
fluir con tu nombre es arañarle la espalda a lo prohibido hasta gritar a los
prejuicios: ¡DESOBEDIENCIA!
Nostalgia
Echo de menos en tus pupilas los idiomas cambiantes,
los abrazos rotos, las burbujas sin aire…
el dorso afilado de tus pensamientos,
tu magia lanzar mi risa a los cuatro puntos cardinales.
El crujido del hielo bajo los pasos,
la precaución diluida en tus tentaciones,
susurrando al vacío las palabras sin ruido
que arrojan sal en la nieve de evitar respirarte.
La tempestad de tu paso liviano
arranca de plano las puertas de la cordura.
Ni siquiera te sigo trasladando mis pasos,
es todo tras mi envoltorio lo que te sigue sin abrigarse.
La luz fría y azul hiela cuanto rozas, salvo tu olor,
que sopla ahogando mis gritos deseando salvarme,
que me roba por dentro el lugar de mi aire.
Pura
El polvo sigue flotando en el aire sin que nada lo moleste, ni las voces de la
gente, ni el sonido de los coches,
ni el rumor de las canciones...
los atrapa, más bien, convirtiéndolos a su imagen,
como si editara en sepia la vida que empapa sus rincones. Como la bella
durmiente esperando el beso que nunca llega,
joven y, a la vez, decrépita, con idéntica sonrisa, arrugada pero pura, de una niña que no
sabe que se ha hecho vieja.
La luz se impregna de tus fachadas, tan pronto como al contrario, y, de vuelta, te
acaricia la mirada. Me perfilas la cara en dorado sobre ese puente de ensueño, y me
fijo en cómo todo lo nuevo pasa de largo en dirección al mar, se va despacio al caer la
tarde.
Y, al día siguiente, todo será como era. Relucirán las grietas liberando ecos,
y las fachadas jugarán a verse espléndidas de nuevo en el espejo
indulgente del agua.
Tienes la risa torcida y serena de quien ha visto el futuro pasar de largo con
un bostezo, de quien sabe
que caerá antes un rascacielos que el encanto desconchado de tu cara.
Nahele_S

Nahele_S Madrid, 1977. Por amor al arte, los sueños y las piedras con que tropiezo, escribo desde que recuerdo. Creo en el precipicio de un verso como enseñanza para andar a ras de suelo. Trabajo en el ámbito de la Justicia, aunque es la poesía quien me alimenta. Retraté, con corazón y sin remedio, algunos demonios con su mejor (y peor) cara en el poemario ilustrado y autoeditado Llévame Conmigo, de 2018. Disfruto recitando la poesía que me emociona en mi canal de Youtube, así como a través de Palabra que dormía.
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