El Muerto del Sofá

Charlando tranquilamente  con el muerto del sofá me doy cuenta de que sus ojos han perdido todo el brillo, que sus manos, ahora frías, se quedaron abrazando a un inmenso vacío, donde antes hubo alguien tan fugaz como una estrella, que dejó profundas huellas en su cielo de sonrisas... Le he leído una poesía, he entonado con más ganas que una gota de agua en su primer día de lluvia,  me ha mirado sin ganas, no me ha dicho una palabra, él que siempre fue un adicto a los detalles del alma y... ahora calla, mira hacia un techo vacío con su mirada sin Patria, y yo sigo declamando  poesías de amor infinito a sus oídos secos, sin vida, cansados de oír la magia... He ido a por palomitas para una peli romántica, ni siquiera voltea a verla, no tiene hambre, se emana  un silencio encadenado a la soledad de la sala, sienten el frío mis venas, me di cuenta que pasaba... Lo había intentado todo para ver si lo salvaba, volví con bellas poesías, las pelis que le gustaban, volví a tomarle las manos y a perderme en su mirada, lo hice todo, más que todo, pero nada resultaba. Desistí, sequé mis ojos, dejé la luz apagada y me despedí para siempre, dejé en brazos de la muerte al amor que tanto amaba... Mr. Yovo