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«Encontré» y dos poemas más de Irene Carrasco

Actualizado: 12 oct 2024


Por ARACELI GUTIÉRREZ OLIVARES

Escritora de Palabra que dormía


La poesía de Irene Carrasco nos arropa con los brazos de todas nuestras «ancestras», y se siente el nacer de un nuevo porvenir al que poco a poco damos forma. También habla de la cotidianidad de la mujer contemporánea y los desafíos a los que se enfrenta. En entrevista, Irene Carrasco nos cuenta sobre cómo empezó a escribir poesía, sus grandes influencias literarias y nos habla sobre su proceso creativo. Conozcamos más al detalle a la autora de «Encontré».


Me siento tremendamente agradecida con esta colaboración que ha nacido, como muchas personas que hacemos algo que nos apasiona, con un tremendo síndrome de la impostora. En ocasiones, no me atrevo a afrontarlo, y en otras muchas, pienso que debo hacer frente a esta duda sobre mí misma y atreverme a estar un poquito más cerca de mi propósito.


Creo que es muy valiente como escritores mostrar lo que escribimos, pues al final «un poema como decía Paul Valéry, no se termina, se abandona», y bueno yo creo que el poema lo termina el lector. Así que gracias por tu valentía Irene. Cuéntanos, ¿cómo empezaste a escribir poesía?


Escribo desde que tengo uso de razón. No concibo la vida sin hacerlo, pero es cierto que cuando nació mi hija mayor, además de atravesar la matrescencia, las dificultades con las que vino al mundo, me llevaron a empezar a escribir en lugares más públicos para ayudar a otras familias. Creé un blog llamado Hendidura labiopalatina, y esto me llevó a seguir escribiendo, no tanto, en lo privado. No era poesía, todo era prosa que salía desde lo más dentro de mi. Más tarde, creé mi cuenta de Instagram @irenecarrasco_escritora donde publicaba algunas frases con reflexiones, y luego, por sí sola, llegó la poesía en prosa. Sobre todo, en las noches. A oscuras, en silencio, con el peso del día entre el pecho y el desasosiego que siento cuando la vida de mis hijas se me escapa entre los dedos, el tiempo hace de las suyas susurrándome que va a seguir pasando igual de rápido que siempre.


Veo que la escritura te ha servido para conectar y ayudar a otras personas, encuentro una combinación entre sensibilidad y fuerza en lo que nos compartes. Ahora dinos: ¿qué autores son los que más han influido en tu obra?


Siendo de la generación que soy, siempre leí mucho, pero nunca poesía. Sí, leo a muchas mujeres, nosotras que tenemos tanto que contar, que tanto hemos callado, que todo lo contaron por nosotras los hombres. Me inspiran mujeres divulgadoras feministas que sigo mucho y a las que admiro como Eugenia Tenenbaum (historiadora del arte), Julia Salander (politóloga), Noor Amar Lamarty (licenciada en Derecho y activista por los derechos de las mujeres racializadas), mis preferidas. Ninguna es escritora de poesía, pero sí son todas escritoras, mujeres jóvenes que gritan lo que tantas sentimos con un altavoz privilegiado que tienen en redes sociales y podcast. Sin embargo, también inspiran. Me inspiran su delicadeza, su forma de ver el mundo, su vulnerabilidad... me inspiran cuando hablan, cuando no comparto todas sus ideas, pero me llevan al terreno del entendimiento y el respeto por otras formas de vida, por otros puntos de vista. Otras, como Patricia Benito o Laura Freixas, la primera escritora de poesía y la segunda de novela y ensayo, son referentes para mí, por su manera de tratar los textos y todo lo que nos recorre y atraviesa de una forma tan sutil e intensa.


¡Qué inspiración! La fuerza femenina presente en tus lecturas y, por supuesto, en lo que escribes. Háblanos sobre tu proceso creativo: ¿cómo nacen los poemas?


Siempre llevo conmigo una libreta y un bolígrafo. Las cosas más simples de la vida me emocionan. El silencio de la playa que rompen solo las olas, un café a solas en la cafetería de siempre, la meditación en activo que hago cada día, observar a mis hijas... pero, sobre todas las cosas, la noche cuando llega. Tan fría, tan arrogante como siempre. Me atrapa en la cama, cuando estoy arropada por mis hijas y me trae a mi cabeza la nada, el paso del tiempo, el envejecimiento, los proyectos que no consigo, el desamor, la frustración, el cansancio... las cosas que componen la vida. La maternidad y el miedo intenso a la muerte son las grandes protagonistas en mis creaciones. Y parece que distan mucho la una de la otra, pero van completamente de la mano. Se hablan, se tocan, se abrazan incluso. Es el ciclo de la vida.


Muchas gracias Irene, ha sido maravilloso conocerte más de cerca, ahora dejaré que nuestros lectores disfruten tu poesía.


 

Encontré


He encontrado, sin rebuscar mucho,

un puñado de recuerdos de cuando

éramos otra cosa,

otras mujeres, otras preocupaciones,

otros momentos, otras canciones.


He encontrado, aunque sabía que las vería,

como con sed en medio del desierto,

cuatro sonrisas.


Cada una con una historia,

con las comisuras más tristes que de costumbre,

las lágrimas pospuestas para más tarde.


He encontrado hoy, sin rebuscar mucho,

un rato compartido en un lugar seguro,

en unos brazos que son luz

entre tanta sombra.


He encontrado hoy, sin rebuscar a penas,

entre el ruido común y los miedos que pesan,

algo de paz sobre la mesa.



Insobornable


Le han hecho insobornable,

los malos hábitos y las noches en vela,

las llamadas sin contestar, los porrazos en la puerta.


Ya no es maleable.


No cambia de opinión como sube y baja la marea

y casi aprendió a dar un no por respuesta.


Se hizo piedra seca,

anduvo sola por la arena,

tapando las huellas con la niebla.


Ya no llora, ya no quiere,

ya no queman

sus dedos cuando escriben,

lo hacen sin rencor

porque además de decir no,

supo hablar de perdón,

y dejó a un lado las promesas.


El hastío


Este mundo que estremece,

las veces, a veces,

errante en la sombra, te busca,

te nombra, vivir...

La música que escucho se entremezcla

para huir.

Huyo.

Siempre, constantemente.


¿De qué huyes? Preguntas.

De lo que pienso,

lo que siento.


Eso que me come, me invade,

me exhausta, me toma, me arranca,

el deseo de seguir viviendo.

Eternamente.

Para siempre, continuamente.


No pienso que quizás algún día,

se acaban las ilusiones o las razones.


No pienso que quizás,

en algún momento, se va la energía

y queda el hastío

porque el mundo deja de ser mundo

para haber sido vivido.




Mujer y sol

Irene Carrasco. Nacida en Cádiz un 28 de diciembre de 1983.  Gestora de aprovisionamiento de profesión, aunque habría sido periodista si hubiera escuchado más a su vocación y no tanto a su profesora de lengua y literatura de primero de BUP sobre un relato propio que escribió y leyó en voz alta en clase cuando tan solo contaba con trece años, pues su profesora sentenció que era copiado. Dedica a la escritura todos los espacios posibles como afición. Escribe su primer libro y tiene un blog en Substack: Canela y sal. Su pasión: traducir a palabras un mundo que a veces no entiende nadie. El paso fugaz del tiempo, la nostalgia, lo efímero de la vida son los temas que más trata en sus versos en prosa. Escribe sobre matrescencia, sobre el cansancio olvidado que sienten las madres, el dolor y el amor a partes iguales.


 

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