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Sobre la esencia de un sueño

Actualizado: 21 ago


Sucedió que alguna vez, los volcanes fueron testigos, de una historia similar a la suya, con otro final y cuyos protagonistas son contemporáneos.


Ha llegado el devenir del tiempo, y con ello, ellos, los que fueron, ahora en escenarios diferentes. De alguna manera es magia, que al reconocerse de esa forma y estando tan lejos, los acerca.


Pedazos de ella y de lo que leía, terrones con los que intentaba expresar su realidad, le dejo y él conserva. Lo que ahora es, no se explicaría sin ello, sin embargo, aquí, voy a narrar lo que, con gotas de tiempo líquido, ella construyó para él.


Suave neblina es el pasado, reaparece, y esa pregunta, hoy cobra más validez que nunca, ¿Realmente lo vio o todo fue un sueño? Aún lo piensa, porque, de cierta forma en ese entonces, ella vivía muy dispersa, entre su mundo y la vida, entre la vida y el tiempo.


Aquel mundo al que él la invitó, no se parecía a nada que ella conociera. Alguna vez ella confesó que un deseo pidió con la más exorbitante devoción, a una estrella fugaz que pasó en aquel invierno, cubierto por la tibia calidez de la llegada de él. Aquel pensamiento, de alguna manera que no se explica ella, hizo de él, el artífice de ese encuentro. Antes de llegar a la mente de él como una idea, estuvo en la de ella como un deseo. Entonces, ella puede decir que fue atrapada en la simetría de la mente de él. Al concentrar toda su atención y voluntad consiguieron conectar sus realidades. Sincronía.


Los presagios.


1. Mirada que esperaba.


"Como siempre te recordaré, con la mirada que detuvo al tiempo. Que será, eterno" Siddhartha

Cuando ella citaba a Herman Hesse, trataba de explicar la serie de fenómenos que surgieron desde la llegada de él. Por ejemplo, su mirada al conocerla.


Él iba vestido del color que ella imaginaba el inicio del universo, el cual, combinaba con su cabello. Por un instante ella creyó que sus ojos se asemejaban a estrellas lejanas, nunca había visto un azul tan luminoso e intenso, a pesar de que los ojos de él eran de color café.


Aquel pantalón verdoso llegó al encuentro de él, tenis converse como si de una cita no formal se tratara, se dijo “se tu misma” y exageró en ello, su verdadera esencia, él la conoció sobre la marcha.


Y ahí estaban, dos diferentes realidades, compartiendo un espacio-tiempo y conociendo sus almas.


“Las cosas que vemos son las mismas cosas que llevamos en nosotros. No hay más realidad que la que tenemos dentro. Por eso la mayoría de los seres humanos viven tan irrealmente; porque creen que las imágenes exteriores son la realidad y no permiten a su propio mundo interior manifestarse. Se puede ser muy feliz así, pero cuando se conoce lo otro, ya no se puede elegir el camino que elige la mayoría.” Herman Hesse



2. Cielo aborregado.


Ella recuerda la puerta blanca de la casa en cuyo portal se sentaron, estaba cobijada por plantas silvestres que colgaban de una pared en ruinas misma que de forma urgente, les advertía sobre construir un mejor futuro. Y la sonrisa de él al decir que las nubes tenían esa forma, también ella fue feliz, al notar ambas cosas.


“El que en lugar de chinchín exija música, en lugar de placer alegría, en lugar de dinero alma, en vez de loca actividad verdadero trabajo, en vez de jugueteo pura pasión, para ese no es hogar este bonito mundo que padecemos...” El lobo estepario, Herman Hesse.


Tenían música, alegría, alma, verdadero trabajo, pasión; y además, ella decía que con él se incrementaba ese sentirse tan ajena a este mundo, ese tan salir de la realidad a lo que ella estaba acostumbrada. Sólo había un sitio en donde ella quería estar y ese sitio estaba lleno de la existencia de él.


Promesa. Algo más espiritual.


Algunas veces, él aparece en el paisaje onírico de ella. Siempre son unos edificios en donde ella lo espera, o un último mensaje que nunca llega. Y eso es lo único que ella sabe de él. Ella despierta confundida, y se pregunta ¿Será que tiene que ver esto con aquella promesa?


Ella ha olvidado mucho de esa conversación, pero siempre recuerda el tema de la espiritualidad, hasta la fecha sigue siendo muy importante en su día a día. Ha leído la biblia y también filosofía de la india, pero nada ha encontrado, como lo suyo propio, que es la toltecayotl.


“De este modo os convertiréis en toltecas: si adquirís hábito y costumbre de consultarlo todo con vuestro propio corazón” Huhuehtlahtlli.


Ella aspira a que cuando Joaquín consulte en su corazón y la encuentre, lo asocies a una tranquilidad, derivada de la paz, que con sabiduría les regala el tiempo.


Esencia.


En la edad media se pensó a la esencia como ideas subsistentes en la mente divina, entonces esa idea de esencia llamaba en gran medida la atención de ella, al imaginarse como estaba ella concebida dentro del plan divino. Y después imaginar con él cual era el plan divino para ambos. Eso era la esencia del sueño.


A continuación, vienen dos historias de su ya clásico Herman Hesse, una sobre una estrella y un amor que nunca llegó a consumarse pues resulta que el hombre amó para perderse.


La otra de un hombre que amó tanto, que logro tener al mundo para sí mismo, pues resulta que gracias al amor logro encontrarse.


La intención de ella era que él encontrara su esencia o si ya la tenía, la compartiera con ella.


Y lo que ello conlleva.


“Yo sé podré borrar lo que tú recuerdas.

Si juntos somos como Dios”

Hoy soñe, Lucybell


Promesa espiritual, porqué borrar lo que el otro recuerda, es un renacer.


Y la conclusión a la que ella llegó, es que debían de cierta forma y de acuerdo con sus posibilidades, reflejar a dios a través de su existencia.


Sheli Gutoliv 2022

Ilustraciones Diana Helena Nieto













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