Recuerdo tus manos,
ceniza que sobrevivió a la nieve
atravesando el centro,
de mi galaxia
de copal y mezcal ahumado.
El frío de este lugar me arropa
cuando lejos, extraño mi tierra,
que es polvo de huesos
y vida.
Oigo la aurora
veo como todo danza,
efusividad en verde y lila.
Allá no hay eso,
pero no olvido,
el despertar en luz que brota
cuando tú, volcán
perpetúas el ciclo.
Por Sheli Gutoliv
Arte Diana Nieto

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